LA CRISIS DEL FUTBOL PERUANO

En el Perú el deporte rey ha perdido su corona -si es que algún día la tuvo-. Nuestro país atraviesa desde hace dos décadas una aguda crisis socioeconómica y política que inevitablemente repercute en el fútbol como negocio, espectáculo y tradición.

La casi segura eliminación de nuestra selección camino al mundial Sudáfrica 2010 hace que nuevamente se repita lo comentado cada vez que una selección peruana no clasifica para la máxima justa del fútbol mundial, sin entregar ninguna solución de fondo.

La informalidad, la improvisación, la falta de liderazgo, en resumen, la falta de profesionalismo de la mayoría de los integrantes del mundo futbolístico en el Perú, llámense dirigentes, periodistas, jugadores y entrenadores nos han ubicado en los últimos puestos de Sudamérica.


Jugadores NO profesionales

Es quizás este punto en donde la raíz se inicia en la sociedad. Es sabido que el jugador peruano es irresponsable y por lo tanto carente sobre la idea de profesionalismo. Las acciones hablan por si solas: El sonado caso “El Golf”, donde los jugadores de la selección peruana tuvieron una pequeña “Reunión” amenizada por tragos y mujeres, luego del empate contra Brasil, y a pocos días de jugar de visita en Ecuador, es el reflejo del porque somos los dueños del último lugar en las eliminatorias.

¿Pero a qué se debe esto? Sería una mentira no decir que la mayoría de los jugadores peruanos no provienen de una familia humilde y huérfanos de una educación estable. Crecen muchas veces con el mínimo conocimiento del significado: responsabilidad. Es aquí donde los clubes comenten su primera falta.

Las instituciones que militan en las Divisiones Profesionales del Fútbol Peruano carecen al no cumplir requisitos elementales y coherentes para la formación de un profesional: A) Clubes sin la infraestructura básica y sin condiciones de trabajo dignas para un trabajo profesional. B) Jugadores Menores sin apoyo social ni preocupación por su educación escolar. C) Pago impuntuales de sueldo a jugadores.

Así también lo creé Pepe Gandolfo, periodista deportiva del programa Abriendo juego de Ovación. “Los dirigentes deben ser conscientes, de que el Futbolista Profesional, antes que deportista, es PERSONA, por lo tanto deben considerar un plan de inversión en las Divisiones Menores, instruyendo, educando y formando a la persona que tienen a su cargo, compensando las carencias que puedan tener en el aspecto familiar y escolar”. Nuevamente el balón esta en las canchas de los dirigentes.

Incapacidad para dirigir

El mal del fútbol peruano no es sólo por los jugadores que no se entregan, también hay responsabilidad de los dirigentes.

El dirigente de la selección cede a los caprichos de los llamados “extranjeros” y no ponen mano dura cuando es necesario, respaldan a un presidente que ha demostrado incapacidad en el cargo y todo porque él les permite viajar con la selección, aún cuando su participación es casi o completamente nula.

En el torneo local, los dirigentes de los equipos demostraron también su incapacidad para el trabajo. La poca capacidad de organizar un torneo de primera división en donde desde los propios dirigentes de los clubes, pasando por los entrenadores y jugadores se quejan. Esta es la calcomanía que lleva la Federación Peruana de Fútbol.


Escasez de entrenadores capaces

En un mundo globalizado como el que nos ha tocado vivir, el fútbol no podía quedarse atrás, y para sobresalir en éste, tanto como dirigentes, entrenadores o jugadores, tienen que estar muy preparados, ser verdaderos profesionales de la materia. Lamentablemente en el Perú esta premisa no se da.

Existe la peregrina y anticuada idea que para ser un buen entrenador hay que haber sido un gran jugador de fútbol. Eso es para los que se quedaron en los años setenta. Los ex jugadores de fútbol autodidactas no tienen cabida en el fútbol de alto rendimiento que hoy se practica en todo el mundo. Cómo lo hace Victor Rivera, entrenador de la universidad de San Martín de Porres, que con tan sólo 3 años de experiencia en primera profesional, ha conseguido dos títulos nacionales y además, llevar un record de más de 100 partidos con un mismo equipo, algo difícil de lograr en nuestro alicaído balón.

La solución no se trata de asistir a clínicas de entrenadores o a ver los entrenamientos de los principales clubes europeos. Los entrenadores, por voluntad propia, son los que deben asistir a cursos de varios meses para adentrarse al fútbol del alto rendimiento que hoy se juega.

Tal como añade Luís Puigros, reconocido periodista deportivo.” No sólo es cuestión de encontrar a la persona indicada para el saco de la selección peruana de mayores. Lo que se tiene que hacer es un plan sustentado de desarrollo a largo plazo que lo dirijan los entrenadores previamente capacitados en Europa, con el apoyo de dirigentes, que también se tienen que capacitar.

Economía: Asistencia a los estadios

El fútbol es espectáculo, o al menos así lo define la gran mayoría de los aficionados a este deporte, ya sea al verlo por televisión o al asistir al estadio. Las razones para acudir a ver el espectáculo futbolístico son diversas y representan un arco iris que va desde el simple gusto, el deseo de entretenerse con los amigos o con la familia, pasando por querer ayudar al club, divertirse solo o estar cerca de los jugadores.

Sin embargo muchos clubes subsisten con la taquilla que deja la asistencia de espectadores a los estadios, por ello el público exige ciertas condiciones para trasladarse al escenario. La primera siendo la disminución de la violencia. En nuestro país como en muchas otras partes del mundo, la violencia es la principal razón por la cual el público se abstiene de asistir al estadio. Las barras bravas, los riesgos de asalto y otros peligros a los que se expone el aficionado cuando va a ver un partido de fútbol no se justifican y son parte del cáncer social, a la vez que ni siquiera son compensados por la calidad del espectáculo futbolístico o las satisfacciones que dan los equipos a sus respectivas hinchadas.

En promedio, cada partido de primera división congrega 4,400 espectadores y recauda US $ 11, 400. Mientras, en segunda división la congregación es de apenas 270 espectadores con una recaudación de US $ 450.

La ausencia de comprensión clara de los consumidores ha impedido el desarrollo de políticas consistentes para desarrollar el mercado. Para corregir esta realidad será necesario partir de la base de que los consumidores del fútbol son distintos; esto implica que se requerirá un mayor entendimiento de los segmentos para tomar decisiones eficaces de marca, posicionamiento y tácticas de mercadeo.

Pequeña diferencia

La contratación de Bielsa para dirigir a la selección chilena ha sido un total acierto, tanto en lo deportivo como en lo económico, para la Selección Chilena, pues invirtieron, no gastaron, un millón y medio de dólares en el cuerpo técnico del argentino (sus colaboradores suman más de 11 personas) y en partidos eliminatorios jugados en Santiago han recaudado cerca de siete millones de la moneda americana, sin contar con el ingreso de los derechos de televisión para los partidos que la selección de Chile juega en casa. Bielsa les ha salido barato, pues dejará grandes beneficios para el fútbol chileno, tanto económicos como deportivos.

Todo lo contrario a nuestra selección. Para comenzar, en primera instancia el buso de la selección peruana debería llevar el nombre de Juan Carlos Oblitas, pero por “curiosidades” de la Federación, repentinamente se nombre a Julio Cesar para que se haga cargo del equipo por la Copa América y las eliminatorias a Sudáfrica 2010, pero otra vez la incapacidad salio a relucir. Luego de caer eliminados en segunda ronda, sorprendentemente se revoco del cargo a Uribe y Del solar tomó el mando. Lo demás, es historia conocida.

Para el partido contra Perú en Lima que ganaran los chilenos por 1 a 3, se notó otra gran diferencia.

Mientras el Perú no contó con Acasiete, Farfán, Guerrero, Pizarro, Rengifo y algún otro, que no tienen reemplazantes de su mismo nivel, y la selección fue un desastre, a los sureños les faltaron los lesionados Medel (U. Católica), Valdivia (que en 2008 fue el mejor jugador de Brasileirao defendiendo el Palmeiras y ahora juega en Al-Ain de los Emiratos Arabes)y Vidal (Bayern Leverkusen), los renunciantes o no convocados Pizarro (Roma de Italia), Jiménez (Inter de Milán), Maldonado (Fenerbahce de Turquía, ex Santos de Brasil), Villanueva ( Blackburn de Inglaterra) y Pinilla (Chipre) y no los notó, y siguió siendo una pequeña máquina.

Generalmente en las nóminas de la selección de mayores de Chile figuran 6 jugadores que actuaron en el mundial S20 de Canadá 2007. El arquero Toselli (U. Católica) y los jugadores de campo Islas (Udinese), Vidal (Bayer Leverkusen), Medel (U. Católica) Carmona (Reggina de Italia) y Alexis Sánchez (Udinese) y siempre viajan invitados dos jugadores S18. A Lima vinieron Sebastián Pérez, arquero del Everton de Viña del Mar y el delantero Yamil Cortés, de la Universidad de Chile. En cambió Perú, sigue sin hacer el cambió generacional correspondiendo en donde en ese partido, sólo se tuvo a dos sub. 20 en cancha, pero con la diferencia que estos muchachos no son titulares en sus equipos de liga, en cambio los chilenos, son piezas inamovibles de los esquemas tácticos de sus equipos

Esas son algunas de las grandes diferencias que engloban el porque la decadencia de nuestro fútbol y que explican el distinto camino que tienen éstas dos selecciones en las eliminatorias para Sudáfrica 2010, una en puestos de clasificación y con un futuro prometedor, que va más allá de una eventual clasificación mundialista, si sigue Bielsa al mando, y la otra, el Perú, en el último lugar de la tabla de posiciones y con un futuro más que incierto.

Chile en las eliminatorias para Alemania 2006, sólo nos saco 4 puntos en la posición final del torneo. Ahora, a falta de 4 fechas para que concluya el clasificatorio a Sudáfrica 2010, existe un margen de diferencia de 19 puntos entre ambas selecciones. Ellos a punto de lograr otra clasificación, nosotros, últimos en la tabla, rogando nuevamente no ser últimos. A llorar a otra parte.