Lo que no conoces de Lima: “Huancaya”

.Huancaya pertenece a la región Lima y se encuentra a 3554 msm
. Esta lleno de hermosos paisajes y lagunas espectaculares

Lagunas de aguas turquesas, cascadas de toda dimensión, cielos azules, calles empedradas al estilo colonial, flora y fauna silvestre que comparten habitad con los pobladores locales, son solo algunas de las descripciones para “Huancaya” ubicado en la Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas que se encuentra a 3554 msm, y a 290 Km. (Vía carretera central) o 320 Km. (Vía cañete) al sur este de la ciudad de Lima (8 horas en carro particular). La reserva comprende parte de las provincias de Yauyos (Región Lima) y Jauja (Región Junín).
Esta pequeña ciudad de la sierra de Lima está llena de gente acogedora y humilde, es un lugar perfecto para que sus ojos olviden por un momento los problemas que puedan ocasionar la contaminación y exceso de bullicio que hay en la capital del Perú, no por las puras Huancaya ha sido considerada recientemente como una “Reserva Eco turística de Perú” ya que posee una alta biodiversidad.

No, no se confunda, Huancaya no es Huancayo, y mucho menos la esposa de este, aunque tienen cierto parecido en el origen de sus nombres que hacen referencia a la piedra. Huancayo proviene de dos palabras quechuas:"Wanka" que significa "piedra y "yuq" que significa "el que posee o el que tiene". En ese sentido, una traducción del nombre sería "El lugar de la piedra"; por otro lado, Huancaya deriva del vocablo quechua Wancaya, que significa lugar de pedredones. También se manifiesta que Huancaya quiere decir: HUANCA= piedra, piedra grande o pedazo de cerro, y AYA= muerto, lo cual significaría piedra muerta, muerto por la piedra o simplemente piedra desintegrada.
En esta pequeña ciudad llamada Huancaya se siente una extraña sensación de conocer a todos los habitantes del pueblo con tan solo estar un par de horas caminando por las empedradas calles y sus alrededores llenos de vegetación andina, los niños llaman con respeto a sus mayores como si fueran sus sobrinos y es que todos se conocen allí, es como una especie de la familia Ingalls, solo que numerosa y andina.

Bueno, bonito y barato, es lo que toda persona siempre espera encontrar al momento de adquirir un producto. Huancaya no es un producto, pero se asemeja mucho a esta percepción, si tan solo fuera del todo bueno, y es que para que llegue más turismo a este lugar se debería de mejorar una serie de cosas, entre ellas tener un mayor acceso al lugar, actualmente solo existen 2 empresas de transportes que te pueden llevar hasta esta joya cordillerana, en donde sus lagunas cristalinas están interconectadas unas a otras en su recorrido del rió Huarco (mal conocido como Cañete). Este pueblo podría tener como su mayor fuente de ingreso, el turismo, pero no es así, aunque en los últimos años el turismo ha crecido en este lugar, no es suficiente; la época en donde se congregan más turistas de distintas partes del Perú y el extranjero, son en las épocas de fiestas, en especial la Fiesta patronal del pueblo que se festeja del 23 al 27 de junio de todos los años en la cual se celebra la fiesta del patrón “San Juan Bautista”.
En este pequeño espacio del Perú, que pareciera estar jugando a las escondidas con los demás pueblos de la serranía del país, viven personas que su principal fuente de economía es la ganadería y la agricultura, quedando en tercer lugar el turismo. Existe un museo en la cual se encuentran cerámicos, textiles, metales, restos humanos conservados, que conforman el legado del pasado prehispánico de dicho lugar. Todos ellos hacen de este espacio un lugar de encuentro con la historia del Perú.

Ya no es tan complicado volver a dormir bien y soñar, en Huancaya se duerme con una tranquilidad tremenda, ya que no hay bullicio de carros, de gente gritando, ni borrachos a media noche disputando una pelea con su única compañera -el licor- ni nada por el estilo; solo el sonido adormecedor del río y las cascadas del pueblo en donde sus aguas al chocar con las piedras dan esa sensación de tranquilidad y paz, así, ya no es necesario contar ovejas en la mente para atrapar la bendita satisfacción de dormir. Por el contrario, recorrer un pequeño viaje por la tranquilidad de su alma y corazón.